
Pero estamos hablando de un servicio relativamente nuevo. Aunque estas tiendas virtuales nos ofrecen cada vez más facilidades para la compra-venta de productos, es cierto que todavía les falta hacerse definitivamente con una característica primordial para captar todo su público: la confianza, algo que se adquiere con trabajo y experiencia, bien adquirida por los medios convencionales.
La facilidad que ofrece internet de participar en la red a todas las personas favorece esa desconfianza a la hora comprar de forma on-line, por riesgos de fraude, si bien va viéndose resuelto en España progresivamente, como menciona mi compañera.
Por ejemplo: Aunque son muchas las modalidades de pago que ofrecen estas tiendas, no todo el mundo está de acuerdo en abonar un plus por el pago del producto contrareembolso, y lo cual suele suceder tras la negativa previa a comprar mediante tarjeta de crédito, no confiamos a penas en ceder nuestros datos bancarios de una forma no física a cambio de productos, por eso la innovación contínua de este sector la vemos cada vez más clara en sus diseños y capacidad de atracción a los clientes, mediante la oferta masiva de productos.